A alguien a quien no he podido rastrear se le atribuye haber comparado las traducciones con las mujeres; "las bellas no pueden ser fieles, y las fieles no pueden ser bellas." Debe ser el apego de los traductores poéticos por la belleza lo que hizo acuñarse la hoy indeleble frase: traduttore, traditore. En un giro sobre esta idea, Douglas Hofstadter compara menos a una traición que a un intercambio los volátiles intentos por alejarse de las palabras mismas para atrapar su hipotético sentido: translator, trader. Parte del original se perderá irremediablemente, pero, a la vez - de estar bien realizada - se ganará algo nuevo.
Presento las traducciones a tres de mis poemas favoritos. He querido dedicar cada una a personas que de modos muy diversos las posibilitaron.
Alfred de Musset: extracto de La Nuit d'Août
[mal conocido como Le Poète]
a Catalina Madrid
Compárese con ésta.
Victor Hugo: Oh ! n'insultez jamais une femme qui tombe!
a Pierre Larousse
Compárese con ésta.
Carlos Marzal: La Ocupación
a Maria Ignatieva
No comments:
Post a Comment